miércoles, noviembre 23, 2005

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Los monumentos vacios miran a todos lados. Los monumentos vacios son crueles y despoticos, el aire que llevan dentro no entiende razones y espera con fundamento inerte. Abren ahora la cabeza del caballo; el olor a tiempo nos denuncia la vergüenza. Es verde adentro y con destellos bronceados...que lindo. La motosierra comio toda la yugular del equino y lo dejo con la expresion de un zombie con la cara contra el suelo. “¿Quién?” “Un procer, ¿no?”.

Y ahora nos damos cuenta de que pocas cosas podrian llenar el monumento, quizas solo barro o mercurio. Y es que los monumentos no son mazisos, son huecos ¿saben?...

“Y entonces para que los construyen?” “caprichos esteticos de los parques; no los construyen, crecen. A algunos hubo que podarlos porque estaban creciendo deseperadamente. Proceres con tres caballos, caballos con siete patas, angeles con cigarrillos y virgenes con sombreros de cowboy; y por eso hay que podarlos. Pero eso no es todo, en la ciudad hay parques que se construyeron tan solo para justificar el monumento, por ejemplo el parque lezama: Primero aparecio ese tremendo armatoste con chimenea y un mujer y alrededor le plataron el pasto y las callecitas tan bonitas, luego pusieron una calesita y para justificarla y arenero, pero como estaba muy solo le pusieron juegos y para redondear todo un cosecharon un policia para que deambule por las callecitas tan bonitas para que creamos que estamos contentos y seguros.”

Pero el tiempo pasa para todos ellos, no crean que por representar lo inmortal son inmortales. Es tan solo la retina lo que retiene y el resto pasa con la arena del reloj o con las manecitas, con la sombra y con el tic y el tac, pero el orgullo de cargar una plaza no se los saca nadie, ser el caballo de batalla del parque es su orgullo “Vamos a la plaza san martin?” “Cual?” “La que tiene ese monumento gigante con el caballo y a san martin encima” “Ah...”