lunes, noviembre 21, 2005

Rainman a los controles

Llegué a la radio el domingo con muchas ganas de hacer radio. La columna la había preparado y me gustaba. Se llamaba "la buena fiesta" y era como un intento de desglosar una fiesta en cinco elemento: 1) Lugar 2) música 3) gente 4) amigos 5) Bebidas y estupefacientes. La pensé para que Juan me haga la segunda, asi que no creo que la reescriba acá. Lo pensé para la radio.

Subimos con mi hermano, en el pasillo nos cruzamos con los pibes que hacen el programa antes que nosotros, y al entrar al estudio notamos un aire raro. Cristian estaba descalzo mirando la hoja de ruta y Gigi (la productora) estaba un tanto hiperkinética y el operador esta semana no era diego, era un tal pablo.

Cruzamos palabras de saludo y me meto en la pecera para sentarme, dejar mis papeles y hablar, que tanto me gusta los domingos a la noche. Es un lindo horario, un caramelo en el fin de la semana. Ideal.
Empezó el programa y luego de que Cristian leyese su intro quedo un aire terrible, el operador había pifiado y 30 segundos de bache nos mataron el humor. Después de un tema entré yo, dije algo sobre vivir para siempre (“live forever” - Oasis) y otro bache. Cortina y Juan y yo hablamos sobre Una frase de Woody Allen. Y ahí no nos pudieron sacar del aire. El operador estaba fallando. Más bache, por dios que hacemos. Ya sé! Blanqueemos… “Bueno, se rompió la computadora… no podemos salir del aire…”

¡MENTIRA! El reemplazo de diego no sabía operar! Por dios… Empezamos una charla estúpida sobre pelotudeces al aire, y empezamos a enojarnos, y a sentirnos estafados, ese era nuestro tiempo, nuestro aire. Estaban manchando nuestro aire. Y el operador se movía frenético atrás del vidrio, y la puerta ya estaba abierta y hablábamos entre todos como si fuese un video de 15 años. Y nos enojamos con Pablo (el reemplazo) y él solo se reía y se movía frenético; lo felicitábamos al aire “Grosso, acá esta tu futuro, en la radio” Un saludo para pablo que esta en los controles y no nos puede sacar DEL aire”. Teníamos en ese momento el problema opuesto a todos los que quieren hacer radio: No podíamos dejar de estar al aire. Como un infierno, al aire nos lo habían atado y esto ya no es gracioso. Lo invitamos a pasar a Pablo…

Pablo era retardado mental. Nos dimos cuenta cuando se sentó. De verdad, tenia problemas, no entendía nada, lo estábamos puteando al aire y el solo se reía, su frente pálida con venas y solo se reía. Y me dio mucha pena que esta vez el pibe no se la merecía. ¿Quien manda a operar a un discapacitado mental? Se me partió la ilusión, el mundo es una mierda. Soy una mierda. Mi ultimo comentario fue “La próxima vez avísenme así traigo una ametralladora”. El tipo no tenía la culpa, somos unos ácidos de mierda. Podríamos habernos levantado tranquilos e irnos. En el medio llamamos a Diego (el original) y nos enteramos que estaba en la confirmación de su novia: un profesional. LAPUTAQUETEPARIÓDIEGO.

Me fui de la radio con ganas de llorar. El clima de mierda, la imposibilidad de hacer eso que haces, la risa del más débil.

Pobre Gigi, estaba peor que yo.

Fue el colmo, mandaron a Rainman a operar. Por dios, manga de inútiles. Porque pablo le puso la mejor, y nosotros no. No fuimos caballero, no fuimos prolijos. Pablo hizo lo que pudo. Nosotros lo que quisimos. Fue el colmo del ridículo.

¿Mencioné que la radio donde estamos es religiosa?
Beat, domingos de 22 a 24 por Fm re (radio de la resurreccion del señor) 91.3