viernes, junio 23, 2006

La biblioteca silenciosa de medicina

Como experiencia relativamente nueva, hoy me propuse escribir en la biblioteca silenciosa de la facultad de medicina, ahí por Uriburu y Marcelo T. (Barrio norte).

Todo surgió como una recomendación de un amigo que hizo hincapié en esa biblioteca para hacer lo que tuviese que hacer.

Subí por escaleras 5 pisos de puro quilombo futurista, caras resucitadoras y resucitadas, conocidos y olor a algo así como un…

El quinto piso llega antes que mis pasos y el cansancio de verdad me hizo pensar en dejar toda esta inútil tareita mínima: ir a escribir a la biblioteca silenciosa parecía nada (es nada) en comparación con “Estudiar medicina”. “Ellos salvan vidas che, y vos escribís cositas”.

Pará ahí mismo: Yo podría salvar una vida y ellos sólo curarme el acne por ejemplo. Igual es mas noble estudiar medicina dicen por ahí.

Puertas normales de madera normal. Lo único extraño era eso justamente, como tapaban todo cuando todas las demás puertas en esa facultad tienen vidrio, aunque quizás la memoria me falla en lugares a donde no les presté mucha atención.

Con decisión me mande, las abrí de un manotazo (que linda palabra a esta hora, suena como a licor) y ahí estaba en medio de un mar de estudiantes sentados en hileras. Enfrentados pero sin decirse nada.

La biblioteca, una vez adentro, parecía una casa de estudios extraños. Ventanas muy arriba pero que iluminaban todo, mesas largas de madera oscura con sillas, oscuras también pero acolchadas de rojo. No había decoración y todos los estudiantes se inclinaban como extractores de petróleo o como esos pajaritos que no dejan de tomar agua nunca.

Me senté en el fondo mirando a todos. Qué cara de virgen que se tiene cuando se estudia en serio.
Vi la cara aterrada del que no entiende la primera página de un libro de 600.

Todos se comunicaban en un idioma, como un susurro muy íntimo y decían cosas que pude interceptar (porque ese idioma vale tanto como para el que esta al lado como para el que esta en la otra punta) mensajes aéreos del tipo “Vamos al barcito de abajo” o “Se te cayó esto”.

Y no es silenciosa. Hay un constante murmullo que imita al silencio.

¿Ese que va a la facultad con la remera de Francia va a ser doctor?
¿Esa nena con ese tatuaje?
¿Esos dos que se matan en público pero en silencio?
¿Ese que duerme sobre los apuntes?


4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No esta mal el murmullo silencioso para estudiar o escribir, a veces EL silencio hace q nos sobresaltemos porque un atomo positivo atrajo a uno negativo... ¿no te parece?

1:57 p.m.  
Blogger fotógrafa oficial said...

yo digo que el silencio desconcentra.
y el ruido, también.
el equilibrio reside en algún buen disco, pero se sabe que en esas condiciones es mucho mejor terminar bailando, en vez de estudiando.

11:44 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

En fin, todo desconcentra... opto por terminar bailando...
Besos

10:44 p.m.  
Blogger Seis said...

De alguna manera si es mas noble. Y barnes.

10:45 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home